El bacalao es uno de los pescados blancos más queridos de la gastronomía y sobre todo en regiones como la vasca o navarra, en la que recetas como el bacalao al pil-pil, el bacalao a la vizcaína o al ajorriero son de sobra conocidas. Este apreciado pescado es propio de los mares fríos, siendo el mar Cantábrico un lugar propicio para su hábitat, de ahí que numerosas regiones del norte de España tengan especial debilidad por este pez.
Existe una gran cantidad de recetas distintas que se pueden elaborar con este pescado de tamaño medio y aunque es un producto que podemos encontrar en el mercado a lo largo de todo el año, la temporada de pesca se produce desde finales de otoño hasta la primavera.
Desde hace décadas se descubrió que este pescado era muy propicio a conservarse en buen estado si se salaba o secaba, de ahí que el bacalao se suela conservar en salazón. Salado, ahumado, desecado, congelado o fresco… estas diferentes formas de conservarse, así como el corte de este pescado (entero, en lomos, troceado…) hacen que exista una gran versatilidad en su preparación.
El bacalao cuenta con numerosas cualidades nutritivas además de un bajo contenido graso. Al igual que los demás pescados, posee un gran contenido en proteínas y minerales como el potasio y el fósforo. Y entre las vitaminas que contiene, destaca especialmente la B1, B2, B6 y B9.
La Pondala es uno de los restaurantes donde comer bacalao en Gijón. Su carta cuenta con una receta que ofrece al paladar de sus comensales un contraste de sabores muy agradable gracias al salado de este pescado y el toque ácido y dulce que le pone al plato la manzana y sidra asturiana. Además, el restaurante cuenta con un servicio de reservas online a través de la página web que ofrece una mayor comodidad a los clientes.