La fabada es uno de los platos más tradicionales de la cocina asturiana. Aunque se trata de un plato contundente de cuchara que está asociado a temporadas invernales, normalmente está presente durante todo el año en los restaurantes de la región y en los hogares de los asturianos, bien sea acompañado del famoso compango (chorizo, morcilla y tocino) o modificando la receta con otros ingredientes más ligeros y menos calóricos, como las almejas.
La Pondala es uno de los restaurantes de Gijón donde se pueden degustar las famosas fabes atendiendo a la calidad de los ingredientes (indispensables para crear una buena fabada) y al toque propio del restaurante.
Les fabes
Las condiciones del suelo y el clima hacen de Asturias un territorio idóneo para el cultivo de les fabes. Clima suave, abundantes precipitaciones, tierra fértil de las vegas de los ríos… son algunos de los elementos que intervienen en el crecimiento de la variedad asturiana. La más conocida es la faba “de la granja”, aunque existen otras variedades, como la “del cura” o de “manteca”.
Se trata de una faba de color blanco, de piel suave y mantecosa al paladar tras su cocción. Aumentan de volumen tras el remojo.
Son conocidas como la “carne de los pobres” a causa de su riqueza en proteínas y por ser un alimento saciante. Proporcionan hidratos de carbono, por lo que resultan aconsejables para cualquier tipo de dietas, siempre y cuando los ingredientes que acompañen a les fabes también lo sean.
Beneficios
Les fabes son ricas en fibra, por lo que ayudan a prevenir el estreñimiento, reducir los niveles del colesterol en sangre y a mantener la estabilidad del volumen de azúcar en sangre. Aportan folatos o ácido fólico, o lo que es lo mismo, combaten la anemia y previenen malformaciones fetales, por lo que resulta un alimento muy recomendable para embarazadas y niños en fase de crecimiento.
También es una legumbre idónea para tratar la hipertensión y la retención de líquidos, ya que aportan potasio y son pobres en sodio.
Fabada asturiana
La forma tradicional de la fabada asturiana son les fabes con compangu. La fórmula para una buena fabada reside en la calidad y la procedencia de los alimentos, es decir, que les fabes sean "de granja" o cualquier otra variedad de Asturias, y el chorizo, morcilla, tocino… también lo sean o que la calidad sea alta.
No obstante, y para estómagos poco resistentes, les fabes se pueden cocinar de diversas formas, con ingredientes menos pesados, como pueden ser las almejas, calamares, verduras… son platos que también permiten degustar esta legumbre en su máxima expresión y resultan deliciosas en épocas de frío para entrar en calor.