Tal y como os contábamos hace unas semanas, el restaurante La Pondala ofrece cada día de la semana un plato diferente de cuchara. Los lunes verdinas con centollo y langostinos, los martes pote asturiano, los miércoles cocido madrileño y los viernes calamares en su tinta. Y es precisamente de este último del que os vamos a hablar hoy.
El calamar se caracteriza por poseer ocho brazos y dos tentáculos con ventosas, y suelen vivir alrededor de un año. Cuando este molusco se siente amenazado, su piel es capaz de cambiar de color y también expulsar una tinta líquida para protegerse frente a otros animales, tinta que utilizamos para cocinarlos.
Tradicionalmente, la pesca del calamar se hacía a mano; sin embargo con la aparición de nuevos productos e instrumentos de pesca, este puede ser pescado con caña o, potera o pajarito. Pero, ¿qué es el calamar de potera? La potera es un instrumento que se coloca al final del aparejo y al que este invertebrado se queda enganchado. Se dice que los que se pescan de esta forma son los mejores calamares, ya que al no ser arrastrado por las redes su piel llega limpia e intacta.
En cuanto a gastronomía, estos se pueden degustar rellenos, acompañados con salsa como su propia tinta, o a la plancha, a la brasa, rebozados… En muchos establecimientos podemos encontrarlos en forma de anillas o en forma de tiras, conocidas también como rabas. O por el contrario podemos cocinarlos enteros.
De entre sus beneficios nutricionales destacan:
– Alto contenido en proteínas
– Aporta minerales como magnesio, potasio, fósforo y hierro
– Contiene vitaminas como la A, B3 y B12
– Aporta pocas calorías
El calamar guisado en su propia tinta es un plato tradicional de la gastronomía, y estos se pueden acompañar con arroz blanco o con patatas fritas.
Si acudes a La Pondala los viernes podrás probar un delicioso plato de calamares en su tinta.