Uno de los alimentos estrella de esta época otoñal son las setas. A pesar de que muchos consideran este alimento como un vegetal o una hortaliza, la realidad es que éstas no aprovechan la energía solar, como las plantas. Sin embargo, es común encontrarlas en lugares húmedos y con poca luz. Es por ello, que con la llegada del otoño, las lluvias y la bajada de temperatura, éstas comienzan a aparecer entre los árboles, plantas y musgos.
Como bien apuntábamos antes, estos hongos que van en busca de humedad son comunes en dos épocas del año: el otoño y la primavera. La época por excelencia para su recolección es el otoño; en la que podemos encontrar la mayor variedad de éstas y en más cantidad. La primavera, en cambio, aunque también es época para estos productos silvestres tiene una duración menor que la anterior y existe menos variedad, sin embargo la calidad puede llegar a ser magnífica.
Una de las principales características de este producto es su alto contenido en agua (entre el 82 y el 92%), y a su vez, su bajo contenido calórico. Las setas destacan por ser uno de los alimentos que poseen gran cantidad de beneficios, desde el punto de vista nutricional y entre los principales encontramos:
– Gran fuente de proteínas.
– Contenido en sales minerales como el fósforo, hierro y potasio.
– Elevado contenido en fibra.
– Gran riqueza de oligoelementos como el manganeso, cloro y cinc.
Existen miles de variedades de setas en todo el mundo, y concretamente Asturias es un paraíso para las setas, por lo que recogerlas en el Principado puede ser toda una experiencia. Sin embargo, es muy importante tener nociones micológicas para conocer cuáles de estos productos silvestres son aptas para la salud o no, y por ello es fundamental ir acompañados de una persona experta.
En La Pondala utilizamos este producto tanto como alimento principal de nuestro plato Boletus con Foi Gras, así como lo encontramos perfecto como acompañamiento: Lomos de merluza con setas.