¿Eres de esas personas que no puede comer fuera sin una buena copa de vino? En ese caso, este artículo que hemos preparado hoy te interesa. Dedicar unos minutos a la carta de vinos de un restaurante es una señal evidente de que eres un gran amante de esta bebida que tantos paladares ha conquistado. De los distintos tipos de vino que podemos encontrar en nuestro país, el más consumido sigue siendo el vino tinto.
Y a la hora de elegir un tinto, son muchos los que se decantan por los vinos Ribera del Duero por su relación calidad precio. Hablamos de una Denominación de Origen que no para de cosechar seguidores incondicionales.
¿Cómo son los vinos Ribera del Duero?
Si tuviésemos que resumirlo en una sola palabra, diríamos que son especiales. Aunque dentro de la Denominación de Origen se agrupan vinos con características muy diferentes, tienen en común una serie de rasgos, como la zona de cultivo y elaboración, enmarcada en la Comunidad Autónoma de Castilla y León, entre Quintanilla de Onésimo y el Burgo de Osma.
Otro aspecto que comparten los vinos Ribera del Duero es el tipo de uva: la tempranillo. ¿Sabías que un Ribera del Duero tiene, como mínimo, un 75% de uva tempranillo? Hay casos en los que ese porcentaje se eleva al 100%. Se trata de una variedad muy completa que, según el enólogo Ignacio Figueroa, destaca por su dulzor, aromas, fruta, etc.
Como curiosidad, el nombre de tempranillo proviene de su punto de maduración. Por las condiciones climáticas de las zonas en las que se cultiva este tipo de uva, el punto de maduración se alcanza antes que en el caso de otras variedades.
En general, podemos decir que un buen vino Ribera del Duero es aquel que resulta equilibrado en boca y tiene el color intenso que le proporciona la uva y un potente aroma a fruta que varía en función del tiempo de envejecimiento.
Los expertos en la materia aseguran que un Ribera del Duero es un buen compañero de mesa y en eso, no podemos estar más de acuerdo. Solo hay que escoger el tipo de Ribera en función de los manjares que se van a degustar. La clave está en la armonía.
Si no te gusta el riesgo cuando te sientas a una mesa, a la hora de elegir el vino, decántate por un buen Ribera del Duero. En nuestra carta encontrarás unas cuantas referencias a esta Denominación de Origen que tantas alegrías nos ha dado: Pesquera Reserva, Figuero 12 Crianza, Pago de Carraovejas Crianza, Conde de San Cristóbal, etc. ¡Despertarán a los paladares más adormecidos!